en la calle Riobamba al 100. En el barrio se la conoce como “ La Casa de la Palmera”, por una enorme palmera que tiene en su pequeño jardín frontal y que apenas deja verla.
Hacia principios de siglo XX, allí vivían Catalina Espinosa de Galcerán, viuda de un médico conocido por su dedicación durante la epidemia de fiebre amarilla que azotó a Buenos Aires hacia 1872.
La mujer vivía con sus seis hijos: cinco varones que eran profesionales y Elisa, una mujer muy devota de la religión. Cuentan que Elisa estaba molesta con sus hermanos, que tenían fama de ser trasnochadores y mujeriegos.
A medida que iban muriendo, ella clausuraba sus habitaciones, hasta que quedó sola en el subsuelo, donde hacia 1992 la encontraron muerta. Afirman que su espíritu permanece allí, enojada por el comportamiento de sus hermanos.
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