en Montes de Oca 140, está la “Casa de los Leones”, que fue propiedad de Eustaquio Díaz Vélez, quien tenía una rara fascinación por los leones. Al punto que los criaba dentro de la mansión. Los animales andaban sueltos por el enorme jardín.
Un día, mientras festejaban el compromiso de la hija de Díaz Vélez y su novio, uno de los leones atacó y mató al pretendiente. La chica no pudo soportarlo y se quitó la vida. Sumido en la tristeza, Díaz Vélez decidió deshacerse de todos los leones, pero pidió que tallaran sus cabezas en piedra sobre las arcadas de las puertas de la mansión.
Afirman que los fantasmas de la joven pareja aún se pasean por la mansión y por el jardín, donde permanecen como pruebas de la tragedia los restos de las jaulas donde alguna vez estuvieron los leones.
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